jueves, 6 de mayo de 2010
No tengo palabras
Mi vida profesional y mi vida privada me han estado consumiendo el poco tiempo libre del que dispongo - que a su vez debo repartir entre las tareas de la casa y el pasar tiempo con la familia-.
No valen las excusas, lo se.
Maniana empiezo.
martes, 19 de enero de 2010
Almafuerte
Aqui va. Que lo disfruten.
Almafuerte
Encandilamiento total en un colectivo de la línea 60. Unos pocos rasgueos de guitarra fueron suficientes para que Wanda quedara fascinada con M., el sujeto que interpretaba un breve repertorio de Pappo y pedía colaboración a los pasajeros. Wanda y M. descendieron juntos del colectivo y fueron al kiosko más cercano a por unas cervezas. Cada uno contó la historia de su vida. El era divorciado y tenía un hijo al que la madre dejaba ver pocas veces “por el bien de la criatura y por el bien de todos”. Wanda pensó “no es un buen partido” pero minutos después logró suavizar tamaña afirmación con un pensamiento compensatorio del tipo “todo el mundo tiene su pasado” o bien “la gente cambia”. Una nueva historia de amor nacía, bajo ese cielo repleto de estrellas y con olor a cerveza en los labios.
Wanda se entregó por entero a este nuevo amor, tanto que dejó de ver a sus pocas amigas e incluso abandonó sus actividades artísticas. Es que el amor monopoliza las energías. Días después, M. se instaló en la casa de Wanda. Vivían felices: Almafuerte, sexo y amor. Wanda aprendía junto a M. una nueva filosofía de vida, trabajada por las canciones del grupo y que, según ella, eran muy logradas.
M. era una persona muy posesiva y celosa, pero para Wanda tales características constituían un halago. "¿A qué hora volvés?", "¿con quién estuviste?" "¿seguro que con una amiga?", eran el tipo de frases preferidas de M. Pero Wanda estaba ciega. Ciega de amor. A tal punto estaba ciega que no podía reparar en el hecho de que el sujeto en cuestión se pasaba el día entero encerrado en SU casa, disco de Almafuerte tras disco de Almafuerte, cervecita tras cervecita y, va de suyo, descuidando sus audaces interpretaciones de Pappo en la línea 60 y, por ende, no trayendo al hogar el pan de cada día. El amor todo lo perdona. Pero hasta cierto punto.
Llegó el día en que Wanda, como iluminada por una divinidad suprema, pudo alcanzar una claridad mental casi cartesiana a través del don de la palabra, esto es, narrando. Narrando sin parar a una amiga todas sus impresiones, reclamos y vivencias junto a M. Irreconocible aún para sí misma, Wanda se encontró diciendo: “De repente, me empezó a llamar la atención que como desayuno, en lugar de café tomara cerveza” o bien “¿A vos te parece que la ex mujer lo llame a casa para reclamarle los alimentos del hijo? ¡Es un atrevido!” Y, por último, la revelación total, irreversible: “Se tomó la plata de mi tintura, se tomó la plata de mis cigarrillos, se tomó la plata de mi depilación”. Estas palabras fueron el puntapié inicial para la rotunda separación.
Wanda, muy audaz y con una capacidad de performance realmente envidiable, engatusó a M. para que le entregara su juego de llaves, subió al departamento y no lo dejó entrar nunca más. El sujeto, completamente anonadado, tocó el timbre durante horas, violentándose psicóticamente en la puerta del edificio e incluso llegando a romper los vidrios de ésta. Los vecinos salían a sus balcones para observar el episodio y, paralelamente, llamaban a la policía. Wanda, intransigente y decidida, arrojaba las pocas pertenencias de M. por el balcón del primer piso, como quien arroja puñaditos de arroz a los recién casados.
lunes, 18 de enero de 2010
Tengo que confesar una debilidad
Podria haberme dicho a mi misma: "pero que importa?!". Pero no. No es asi.
Escribir es siempre para los demas. Es un acto de generosidad muy grande.
Se que suena cursi. Pero no tiene mucha importancia lo que piense al respecto porque estoy convencida de lo que dije anteriormente.
Gracias Juan, gracias Dr Castagna, por estar del otro lado, arengandome.
Prometo escribir regularmente.
Cordialmente, Chiquita
martes, 22 de diciembre de 2009
Frases de mis pacientes
"Me enamorE de la persona, no del C.V"
"SI. El me ayuda a mirar el lado copado del vaso"
"Me quedO algo en la herida"
"No le gusta mi cosa dark. A mI tampoco. Quiero cambiar"
"Esta relaciOn me encanta. Siento que nos recibimos al mismo tiempo"
"Yo tenIa puesta una bombachita re linda, pero me sentIa una tarada"
"Finalmente, una quiere cosas simples. Quiere ser feliz"
Me encanta esta profesiOn, realmente. La mente humana es un terreno tan interesante, tan intricado, tan dinAmico. Me encuentro con casos muy especiales... La dark, el punk, la oficinista, el artista, la contadora...todos quieren lo mismo: ser felices. Y , modestamente, creo que los estoy ayudando a encontrar esa felicidad que necesitan. Y ojalA que asI sea.
sábado, 5 de diciembre de 2009
Hola, tanto tiempo!
sábado, 16 de mayo de 2009
Jean-Martin Charcot
Jean-Martin Charcot padecía una insuficiencia coronaria severa de carácter crónico y murió de un infarto de miocardio. Según otra versión habría muerto de un edema pulmonar.
Su hijo Jean-Baptiste Charcot (1867-1936), que también era médico, participó y dirigió varias campañas de exploración y de investigación oceanográfica en las regiones polares. Jean-Baptiste Charcot moriría en el mar a bordo del "Pourquoi-Pas ? IV".
jueves, 5 de febrero de 2009
Aprendiendo de Chiquita. Hoy: Exhibicionismo
En sentido amplio el exhibicionismo (del latín exhibere, "mostrar") es la inclinación de un individuo a exponerse en público de forma espontánea y excesiva, sin ajustarse a las normas sociales. Dicha inclinación implica también el continuo hablar de convicciones, sentimientos, capacidades, aversiones o gustos, sin invitación previa para ello. Mostrarse de forma ostentosa puede ser también una forma de exhibicionismo.
En sentido estricto, el exhibicionismo es el gusto del individuo por desnudar y mostrar los órganos genitales de forma impulsiva y gratuita. En la psicología moderna, el exhibicionismo durante la infancia o pubertad no es considerado una enfermedad. Sin embargo existe una seria discusión sobre si considerarlo una enfermedad en personas adultas. Hasta hace algunos años se ha clasificado al exhibicionismo casi siempre como una "perversión psicosexual", a partir de esta denominación surge la pregunta de si el término "perversión" indica una enfermedad o si se trata simplemente de una preferencia sexual de una minoría. En todo caso, el término "perversión" ya no es aplicable si hablamos del exhibicionismo como un aspecto que enriquece y forma parte normal de la vida sexual del individuo.
Muchos sugieren que los criterios para considerar al exhibicionismo una patología no dependen directamente del gusto general por exhibir los genitales, sino más bien de la medida en que este fenómeno afecta a algunos aspectos de la vida normal del individuo, como por ejemplo la autoaceptación o el apartamiento de la sociedad.
Algunos autores creen que las causas del exhibicionismo se basan en un desarrollo psicosexual que no ha evolucionado, que se ha detenido en una etapa inmadura porque el individuo sufre de sentimientos de inferioridad y de trastornos de relación. Según el psicoanálisis, en el individuo exhibicionista existe una pulsión pregenital (véase Fase genital). Otros sostienen que el efecto más bien es contrario: El exhibicionista sufre de estos sentimientos de inferioridad debido a una moral social que lo juzga como "perverso". Al igual que con la homosexualidad, las causas psicoanalíticas del exhibicionismo son muy difíciles de aclarar y generalmente no son de ayuda para un tratamiento.
Prescindiendo de la “agresión ética”, los exhibicionistas no constituyen, por regla general, ninguna amenaza; por el contrario, la mayoría reaccionan de forma insegura y se dan a la fuga cuando su oferta es correspondida. En algunos países el exhibicionismo es considerado un delito contra la libertad sexual. Cabe preguntarse si esto no limita la libertad sexual del exhibicionista, si podemos considerar al exhibicionismo como una "opción sexual".
Según sostienen muchos investigadores modernos, un "tratamiento" del exhibicionista debe tener como fin quitar el sentimiento de culpa característico luego del acto exhibicionista. Se trata de eliminar complejos de inferioridad causados por un excesivo juicio social, y no de quitar el gusto por la exhibición de los genitales (esto sería comparable con tratar de quitarle a un homosexual la atracción por gente del mismo sexo). Lograr controlar la exhibición como acto impulsivo para convertirlo en un enriquecimiento de la vida sexual (exhibirse con el previo consentimiento del expectador) es la meta más razonable que un exhibicionista puede fijarse. En algunos exhibicionistas, el deseo de mostrarse se acentúa cuando no existe una actividad sexual (coito) regularmente. Así mismo, pueden existir grandes lapsos de tiempo en que éste no necesite exhibirse, que en muchos casos se deben a que el exhibicionista mantiene relaciones sexuales con regularidad. Otro factor regula la frecuencia del deseo exhibicionista es la presencia de episodios depresivos. Está claro que una vida con actividades diversas tanto el lo laboral como en lo privado permite incorporar al exibicionismo como una faceta más de la que no hay por qué avergonzarse.
En el campo social, se debe lograr redefinir la expresión, que de una "patología" pase a convertirse en una opción sexual. Algunos deducen que el carácter impulsivo del acto exhibicionista puede ser una consecuencia de la represión causada por el juicio de la sociedad. Muchos exhibicionistas se encierran y ocultan su condición incluso a sus seres más cercanos. Parece coherente que debido este encierre y represión puedan presentarse luego conflictos de personalidad, inseguridad, depresiones, compulsiones. Se forma así un círculo vicioso. Por este motivo se recomienda hablar abiertamente sobre la condición exhibicionista, y que este deje de ser un tema tabú en la sociedad.
Lamentablemente existen grandes vacíos tanto en el campo legal como en la investigación psicológica/estadística.
En algunos países, donde el exhibicionismo es penado, existen ya algunos grupos de apoyo y autoayuda que dirigen los mismos exhibicionistas. Ellos trabajan también en la difusión de información científica para los implicados y la sociedad en general (por ejemplo para desmitificar al exhibicionista como potencial delincuente sexual). También asisten con consejo legal para exhibicionistas en proceso. Un objetivo de estos grupos, a largo plazo, consiste en lograr despenalizar ciertos tipos de exhibicionismo.
La tendencia mundial es a la aceptación del desnudo. Ya casi en todas las playas el uso de tanga o el topless son admitidos. En Barcelona no es delito andar desnudo en la calle. Los grupos masculinistas se han quejado de la existencia de un sesgo de género, según el cual el exhibicionismo masculino se ve como un "crimen" y el femenino como un "derecho".